martes, 18 de junio de 2013

GINGER Y ROSA (GINGER & ROSA)

La directora Sally Potter escribe su guión para una historia que se da más veces de las que se puede llegar a aceptar en la sociedad actual. Hastío matrimonial en la mediana edad, hijos adultos e inteligentes, cómodos en el mundo de hoy, pero con tedios y deseos, búsquedas simples pero alocadas de placeres rápidos, mezcla de edades en el amor, entre otros caracteres de las clases medias del milenio. Sally hizo el “Orlando” de Tlda Swinton en 1992, “The man who cried” de Johnny Deep”, El “Yes” de San Neill, el “Rage” de Jude Law”, todas películas pequeñas pero con excelentes actuaciones (ver el elenco de cada una de las mencionadas). Acá, en “Ginger…” es igualmente rico el elenco de Annette Benning, Oliver Platt o Christina Hendricks. “Rose” (Alice Englert) no lo hizo tan notoriamente bien como “Ginger” (Elle Fanning, hermana de sangre de la reconocida Dakota). Elle es una quinceañera de sorprendente talento que se puede reconocer en “Deja Vú”, “Babel”, “The curious case of Benjamin Button” o “Super 8”. ¿Qué falla en Ginger y Rosa? La edición de Anders Refn (“Bailarina en la oscuridad”, “Memoria de mis putas tristes”, “Rompiendo las olas”, entre otras), acá resulta “brusca” y algo excesivamente espaciada, producto quizá de su formación en el Dogma 95. Solo que en este filme interesante podría ser una falla la mezcla de espontaneidad técnica de la edición, en una película que se ciñe a los demás cánones formales.