lunes, 28 de junio de 2010
PESADILLA EN LA CALLE ELM (Pesadilla sin fin IX)
Wesley Erl Craven de 71, realizó su personaje del linchado y quemado vengador Freddy Krueger (Robert Englund), en la cual participó el novato Johnny Depp con 21 años en ese momento, hace un cuarto de siglo.
Wes Creven es reconocido como fabricante de terror y creador de otra saga de éxito: Scream 1, 2, 3 y 4. Aunque The Hills have Eyes ya tiene dos y podría surgir algo con La última casa a la izquierda, también de su creación. La saga del asesino de las cuchillas llega a su parte 9: Pesadilla en Elm Street (1984), dirigida por Wes Craven; Pesadilla en Elm Street 2: La Venganza de Freddy (1985), por Jack Sholder; Pesadilla en Elm Street 3: Guerreros del Sueño (1987), por Chuck Russel (en 3D); Pesadilla en Elm Street 4 (1988), por Renny Harlin; Pesadilla en Elm Street 5 (1989), por Stephen Hopkins; Pesadilla Final: La Muerte de Freddy (1991), por Rachel Talalay; La Nueva Pesadilla de Wes Craven (1994), por Wes Craven; Freddy vs. Jason (2003), por Ronni Yu.
Esta nueva versión de las maldades de Jason vienen sin las facciones de Robert Englund (a quien vemos recientemente como el nuevo marido de la exesposa de Alan Harper en Two and a Half Men, en TV). ¡ Quién creyera que hacen falta sus facciones tras el maquillaje de las quemaduras ¡
Esta release 9, cuenta de nuevo la historia. Se puede leer sin consulta previa y tiene una aceptable producción. Aunque no es de afectos para muchos es un producto taquillero y representa un personaje icónico. La más barroca en su guión fue la 3, en tercera dimensión, y con toques eróticos.
¿Cuáles son las características de este nuevo filme? Básicamente es más claro en su lenguaje y pone al día las razones por las cuales Freddy se adentra en los sueños para asesinar. Acá queda claro el mensaje: Freddy sí era culpable y los padres tuvieron una justificación al haberlo linchado. Freddy no hace venganza de una injusticia cometida en su contra sino de la “deslealtad” de los que fueron niños y que podrían recordar sus abusos.
Este es casi un cine clase B, con un poster que vende y con adeptos aunque sea solo para ver sus continuismos, rupturas y modernizaciones.